Punto de información 4
Como ya se ha comentado anteriormente, la caliza, a pesar de ser una roca dura, se disuelve bajo la influencia del agua de lluvia. Esta disolución afecta a las grietas que presenta la roca, por lo que éstas están llenas de pequeñas oquedades y poros. Este hecho ha dado lugar a las cuevas y simas que podemos encontrar en esta área, así como a las kilométricas galerías subterráneas que componen estas cavidades. Al conjunto de estas estructuras geológicas se la denomina “karst”.
Prueba de ello es el “lapiaz” o “lenar” que se puede encontrar en las zonas de afloramiento calizo. Como se ha comentado anteriormente, la disolución de la caliza por la acción del agua de lluvia, puede causar que la roca que vemos en la corteza terrestre tenga una forma muy irregular, dando lugar a diferentes tipos de lapiaz en función de la orientación de la superficie. Cuanto más vertical sea el plano donde se produzca el deslizamiento del agua, estos lenares serán estrías continuas y paralelas. Por el contrario, si se desarrolla sobre una superficie horizontal, se forman pequeños pozos llamados “kamenitza”. Por ello, analizando las características del lapiaz, es posible conocer la orientación que tenía la superficie de la roca respecto al agua de lluvia en el momento que se produjo la disolución.
Este fenómeno permite explicar la formación de las rocas que rodean el camino en este punto.
A su vez, otras estructuras que se forman en la roca caliza a causa de la disolución producida por el agua son las dolinas. Estas son numerosas en esta zona y tenemos un ejemplo justo en frente. La disolución de la roca provoca en la superficie terrestre una serie de depresiones en forma de embudo. Algunas dolinas pueden albergar, además, la entrada de una sima en la parte baja del embudo, y algunas de ellas pueden ser originadas por el colapso del techo de la cueva.