Punto de información 1
Aunque en el Domo de Ataun y en sus alrededores abundan los manantiales, Aiaiturrieta es sin duda una de las más importantes. Más allá de la belleza del entorno en el que se ubica este lugar, Aiaiturrieta es un manantial de gran valor hidrogeológico. Para entenderlo es imprescindible conocer la relación entre el agua y las rocas.
En los montes que alimentan el manantial de Aiaiturrieta predomina la caliza. Esta roca se formó sobre todo a partir de la acumulación de estructuras duras (de carbonato) de animales que habitaban un mar que existió hace millones de años, como conchas de moluscos y fragmentos de coral. Por ello, la caliza está constituida sobre todo por carbonato cálcico y la proporción de minerales arcillosos es muy baja. Aunque la caliza es un tipo de roca dura, el agua disuelve el carbonato cálcico que tiene. Esta disolución afecta a las fisuras y poros de la roca, formando grietas. Este hecho ha dado lugar a las cuevas y simas que podemos encontrar en esta zona, así como a las kilométricas galerías subterráneas que componen estas cavidades. Al conjunto de estas estructuras geológicas se las denomina “karst”.
El agua de las precipitaciones se infiltra en el subsuelo a través de los poros y grietas de las rocas. Aunque los pozos y galerías subterráneas son capaces de transportar agua procedente de la superficie, la verdadera importancia del karst reside en la propia roca. De hecho, la mayor cantidad de agua se retiene en los poros y pequeñas grietas que contienen las calizas, y este agua se desplaza muy lentamente a través de las rocas, por lo que se puede decir que las rocas almacenan agua. Esta es la esencia de los acuíferos. A pesar de que la lluvia o nieve sean eventos esporádicos y haya largos períodos de sequía, el agua continúa moviéndose lentamente a través de las rocas y surge en los manantiales como el de Aiaiturrieta. Por todo ello, se dice que el karst tiene un efecto regulador sobre el agua.
Las aguas que nacen aquí han realizado un viaje subterráneo de muchos kilómetros. Los científicos han realizado estudios hidrogeológicos, siguiendo e investigando el curso subterráneo del agua, lo que permite conocer el camino que siguen las aguas que emergen en la surgencia de Aiaiturrieta. Gracias a ello, sabemos que parte de las aguas que afloran aquí proceden de la parte alta de Aralar, concretamente de las zonas de Pagomari y Ormazarreta, situadas en Navarra. De camino a este lugar, además de recoger las aguas del entorno de Akaitz, se suman los caudales de la sima de Ubei, situada junto a Lareo. Por último, en la zona más próxima a Aia, se cree que también se recogen las aguas de Agautz y Leizadi situadas en el Domo de Ataun, para luego surgir en Aiaiturrieta.
El caudal medio de Aiaiturrieta es de doscientos litros por segundo, parte del cual se destina al abastecimiento de agua para la población y el resto del agua se vierte al arroyo con mismo nombre que el manantial.
En época de fuertes precipitaciones se suele producir un aumento del caudal y el agua también aflora en la cueva de Ubeizulo, ubicada a pocos metros por encima de este manantial, llegando a alcanzar caudales de dos mil litros por segundo. Aunque la cueva de Ubeizulo se encuentra habitualmente seca, es un lugar realmente impresionante. Además, visitar la cueva en momento de crecida de aguas y ver fluir el agua por la cueva es un espectáculo maravilloso.