Caleras
La producción de cal fue una profesión desarrollada en Ataun durante 5 siglos. Por entonces la cal era un elemento fundamental para la supervivencia: era necesaria en canteras, albañilería y agricultura. Los materiales necesarios para producir cal eran piedra y combustible, por lo que podían realizar todo el trabajo sin necesidad de salir de Ataun. La cal es un fertilizante o elemento valioso para la construcción que surge al cocer piedra caliza en un agujero. En Ataun hubo tres tipos de calera: agujeros en el suelo, depósitos y hornos.
Los agujeros en el suelo fueron el primer sistema para producir cal; actualmente no se conserva ninguno. A pesar de ser un sistema antiguo y fatigoso, era el que daba cal más limpia. Allí donde hubiera piedra (caliza) y combustible (tojo, brezo, ramas…) se hacía un agujero en el suelo, de 5-6 metros de diámetro y un metro de profundidad. En el fondo se colocaba el combustible y luego, como en las carboneras, se construían la puerta o boca de fuego y la chimenea, cubriendo todo lo demás. El secreto de una buena cal era mantener el fuego con paciencia, introduciendo más combustible poco a poco. Posteriormente surgieron los depósitos, más conocidos en otros lugares como caleras o agujeros caleros. Éstas constituyeron un avance importante ya que no era necesario permanecer manteniendo el fuego y, además, se ubicaban cerca de la casa. Sin embargo, continuó siendo un trabajo vecinal ya que la necesidad de transportar piedra y madera a la calera continuaba siendo fatigosa. El secreto de esta técnica era adaptar la calera para quemar sólo madera y piedra, sin ningún tipo de problema. Pero aunque supusiera un avance no se obtenía una cal tan limpia como la obtenida en los agujeros hechos en el suelo. Uno de los pocos ejemplos de calera que aún se conservan se encuentra junto al caserío Amundarain. Por último, surgieron los hornos, que permitían producción continuada de cal (nocturna y diurna). Las caleras existentes actualmente en Ataun son de este tipo. Tenían dos puntos de entrada principales: por una parte, la puerta del fuego para encender y poner en marcha la calera; por otra, la puerta de carga, en la que se añade piedra y combustible en función de las necesidades. Actualmente quedan en pie cinco caleras: Sukia, Urrestarazu-Garakoa, Baztarrika-Garakoa, Olaluzeaga y Errazti borda de Lizarrusti; la de Olaluzeaga está visible para todo el mundo.