Gaueko

En el pasado un grupo grande de hilanderas se juntaba todas las noches en el caserío Lauspeltz. Una de esas noches una de las muchachas dijo: «a que traigo agua de la fuente del monte junto al caserío Iturriotz» y las demás empeñadas en que no, por lo que hicieron una apuesta. Así, la muchacha cogió un recipiente y se dirigió hacia la fuente mientras las demás permanecían en la entrada de Lauspeltz bajo la luz de la luna.

De vez en cuando le gritaban “¿Dónde estás?” y ella respondía: «En tal sitio». Pero, de pronto, las respuestas cesaron.

Al poco tiempo llegó una ráfaga de aire a la entrada de Lauspeltz y alguien dijo:

La noche para los nocturnos y el día para los diurnos.

Nunca más se supo de la muchacha. (Gaueko)

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